jueves, 14 de octubre de 2010

Las metáforas suspendidas en la nieve


Nunca antes
había visto a la nieve suspenderse así
                con mis propios ojos.
Aquello que, al principio,
parecía ser solo un espejismo
se iba materializando aceleradamente
                           ante mi mirada vaciada,
que no en vano quiso ser pretendidamente
                                                             distante.

Se trataba de un fenómeno metereológico
perceptualmente anacrónico en aquel lugar.
               -La prueba irrefutable
que exhibe orgulloso el corazón
cuando quiere enseñarnos que el alma
está sometida al crudo consenso de las pasiones y,
en última instancia,
a la corporeidad.

Durante unos instantes que reposaban suspendidos
sobre una dimensión atemporal,
atendiendo a cierta caprichosa trascendencia
que emanaba de la atmósfera y calaba en mí,
me pareció ver
el copito de nieve más lindo del mundo;
me pareció que colgaba ociosamente,
sin ausencia,
y que era un obsequio invaluable,
                                   tan gratuito,
pero imposible de salvaguardar al fin...

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonitos