
Es de noche y ha salido el sol. ¿Quién se lo impedirá si también es una estrella?, ¿acaso alguien ya descartó esta alegoría porque nunca vio un eclipse en su vida?Dejen al sol salir en paz. Ahora bien, si es de noche y ha salido el sol, algo debe motivarlo: ¿acaso una estúpida canción? Si lo ha hecho debe tener un motivo especial, una certidumbre, algún valor. El sol tiene sentimientos de estrella fugaz: unas veces parece una alegoría, otras, una alergia. Y es que el sol ha salido sí, pero a veces también se esconde. Y no solo esto, hay más: el Sol se va, maldice, enceguece la noche, la espanta: porque hay noches en que el Sol tiene ganas de comerse el mundo entero. Y es que no soporta su soledad. Así que me pregunto: ¿no estará perdiendo el tiempo la noche? -¡Ay, pero si la noche no es más que obscuridad!-. Mientras tanto se va haciendo de día y otra niebla colmará la soledad del Sol. Al horizonte, el amanecer se prepara para desmantelar la noche. Y en el colmo de la sumisión, ella solita se pliega y se guarda. No espera a que amanezca.
FIN.
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