domingo, 7 de diciembre de 2008

LemonReloadED

Hace mucho tiempo yo tenía una cuenta en Youtube. El buen Tom seguramente todavía la recuerda. Mi nombre de usuario era el mismo que el de Blogger: LiMoXD. Lo cierto es que clausuraron mi cuenta ¬¬
Lo que pasa es que yo habia subido los primeros capítulos de una serie llamada Física o Química. Lo malo es que Antena3, la cadena de televisión española que producía la serie, también subía los videos, pero la gente veía más los míos, por lo que se picó y reclamó sus derechos xD

Bueno, como al principio solo me mandaban correos notificándome que Antena3 iba a poner anuncios en los vídeos, no tuve reparos en seguir subiéndolos. Pero luego la empresa cambió de política y me borraron varios vídeos que había subido. Entonces dejé de subirlos por un buen tiempo. Pero había gente que me escribía desde Bolivia y Centroamérica pidiendo que siga subiéndolos porque en sus países no había Antena3 en el cable, así que no había forma de que vieran la serie. En la web del canal se podían ver los capítulos enteros supuestamente, pero eran de pésima calidad y a veces no funcionaban. Por lo que decidí hacer la prueba y subir un videito. Al día siguiente cuando fui a ver si me habían borrado el vídeo, me di con la sorpresa de que hasta mi cuenta la habían borrado :S

Desde ahí dejé de usar Youtube por un tiempo. Dejé de ver Telúrica. El buen Tom ya no tenía como mandarme las mejores presentaciones de Coldplay. Yo ya no tenía como recomendarle música a mis patas. Pero eso ya pasó: me he hecho una nueva cuenta, se llama LemonReloadED. Estuve enfadado con Youtube pero ahora veo que quien incumplió los términos del servicio fui yo, así que esta vez vuelvo regenerado, como los famosos cuando salen de rehabilitación o como los salesianos cuando regresamos de retiro; con la premisa de que esta vez no haré nada fuera de la ley xD

Me animé a crear una cuenta nueva también porque quería colgar aquí el vídeo de una canción que me encanta: I miss you, de Blink 182, ya que la encontré en una versión animada increíble, pero pensé que la primera entrada musical de este blog debería dedicársela a la canción que me hizo crear mi primera cuenta de Youtube. Así que no voy a poner I miss You, de Blink 182, sino La Última Vez, del grupo Cinco de Enero (no confundir con el Grupo 5). Es cortavenas pero es bonita. Creo que la compusieron a pedido de la producción de Física o Química, aunque la pudieron haber compuesto antes incluso. Como no tiene videoclip, busqué en Youtube una versión libre y así fue como encontré esta de acá:



LA ÚLTIMA VEZ - CINCO DE ENERO


Quo Vadis?

Segunda Parte
(advertencia esta entrada contiene altas dosis de intelectualidad y de sarcarmo... enjoy it!)


La Danesa se fue. Sus amigos la llamaron por teléfono, vinieron a recogerla al toque y se quitó con ellos. En ese momento fue cuando me quedé completamente solo, donde esta historia termina y donde realmente empieza. Comencé a centrarme en lo que estaba leyendo. Ahora aparentemente me podía concentrar más, supongo que debido al Red Bull. Repasé todo lo que había leído sobre el romanticismo alemán. Este tema lo hemos tratado con el libro de Artola (Textos Fundamentales para la Historia). Un libro que hemos visto hasta el cansancio, lo cual quiere decir como unas seis veces (si, sé que exagero, pero no me importa, yo fui el que se metió 500 años de Historia de Occidente en la cabeza y tengo que hacer catarsis urgente).

El romanticismo alemán, según Artola, surge a finales del siglo XVIII y es un "estilo de pensamiento" (lo cual quiere decir que no tiene una doctrina específica, sino que más bien, es una forma de pensar, de abordar la realidad) que se manifiesta contra la insuficiencia del abrumador racionalismo de la Ilustración (sobre todo por las consecuencias que trajo el liberalismo, el hijo legítimo de la Ilustración, que no se lleva muy bien con el bastardo de la Revolución Francesa, el socialismo) y que se caracteriza por ser irracionalista, concreto, dialéctico e historicista (no se desesperen, ya les voy a decir lo que eso significa).

Es irracionalista, pero no irracional, porque los romanticistas quieren entender cosas que se escapan de la razón, como nuestros sentimientos. Es concreto porque no busca formular leyes sobre la realidad, no es generalizador, sino que prefiere ver la diversidad, lo particular, la especificidad de cada realidad. Es dialéctico porque no se detiene en conceptos, sino que rastrea cómo las ideas se contraponen y cambian, de tal manera que cualquier realidad no es sino un momento de algo superior a ella que está en constante evolución. Es historicista porque distingue un tiempo físico (el de las horas, los días y los meses) y uno histórico, el cual le da sentido a cada momento porque relaciona la realidad con el pasado, de tal manera que pareciera que toda sociedad tiene una misión o un destino en este mundo.

Luego de un par de semanas estudiando la Ilustración y la Revolución Francesa, a los pioneros del liberalismo y omitiendo indiscriminadamente las hazañas de Napoleón en el campo de batalla para tener tiempo de tratar al "buen salvaje", el romanticismo hizo una aparición cargada de frescura. No es que yo tenga algo contra las ideas ilustradas ni que niegue los aportes de la RF a la humanidad. Lo que sucede es muchos de sus seguidores nos hacen creer que fue lo mejor que le pudo haber pasado a Occidente y que aquello es una excusa para que los demás pueblos aceptacemos el progreso que significaba (como Flora Tristán que vino de París al Perú huyendo de su pobreza y de las habladurías, pero que se regresó porque encontró a los peruanos insoportablemente atrazados con respecto a los franceses).

Su nombre lo decía todo. A la gran mayoría de los romanticistas les gustaba, en palabras de uno de nuestros más recordados héroes de Guerra y de una ex congresista, "luchar hasta quemar el último cartucho" y "vivir la vida y no dejar que la vida te viva". Perdón si esto hiere algunas sensibilidades, pero la retórica aconseja dejar de lado los pudores académicos y las exquisiteces cuando uno quiere ser buen orador. Discutir y estudiar a gente así, en conclusión, solo puede resultar un ejercicio improductivo cuando aquellos que lo desarrollan adolecen de mediocridad (un mal que lamentablemente ha golpeado bastante al magisterio nacional).

Sobre el desarrollo de las ideas liberales también tengo mis dudas, porque el profesor de Historia nos contó que los primeros en hablar sobre la Igualdad, la Libertad y la Propiedad (no de la Fraternidad, no, de la propiedad) fueron los ingleses, no los ilustrados franceses, sino que estos últimos se hicieron más famosos a nivel mundial y que por ello se los asocia más con estas ideas (por lo que para mí, eso se trata de un plage). Cualquiera ha escuchado alguna vez de Rosseau, de Montesquieu o de Voltaire , pero pocos saben de Hobbes o de Locke. De entre ellos dos, Locke posiblemente sea el que nos resulte más simpático porque fue el primero en hablar del gobierno representativo y de la división de poderes. Hobbes, en cambio, era un representante del absolutismo y fue quien popularizó la frase de que "el hombre es el lobo del hombre" (Homo homini lupus), aunque muchos dicen que el nunca dijo tal cosa. Sin embargo, Hobbes no es tan malo como parece, puesto que aunque no compartamos su idea de que el estado natural del hombre sea la inseguridad y la violencia, sus reflexiones pueden ser muy útiles cuando nos vemos sumidos en algo parecido o sobre todo para evitar vernos sumidos en algo parecido.

31 de junio del 2010

Y mientras pensaba en todo esto algo más pasó. De repente ya no me interesaba lo que estaba estudiando, sino más bien el hecho de que lo estuviera haciendo. Probablemente todo lo que he dicho es históricamente criticable. Pero de algún modo, eso no podría eliminarle un sustrato profundo de valor. Pero ¿qué valor era ese? Hace un año y medio que me hice esta pregunta y ahora no sé si este en la posición para responderla. De ahí que tal vez deba haber una tercera parte de esta reseña todavía, donde acabe de contar lo poco que con el tiempo recuerdo de esa tarde y donde intente al menos responder a la pregunta que sí estoy seguro que en ese momento me asaltó: ¿Quo Vadis?

viernes, 5 de diciembre de 2008

Quo Vadis?

Primera Parte

Estoy caminando solitario por Riva Agüero, sentado en una de las mesas de ajedrez, leo una separata, tecleo un mensaje de texto, me recuesto en el césped mientras veo pasar a dos chicos del colegio Salesiano, le grito a Maflo para que me escuche mientras le hablo del romanticismo alemán, , estamos esperando que Eli regrese del baño para seguir estudiando, devuelvo un libro en la biblioteca de Ingeniería, me siento frente al ordenador y empiezo a escribir. Hoy me he topado con una historia que tiene muchos puntos de partida, pero que aparentemente no sabe responder a dónde va.

Tenía pensado rezagar el examen final de Historia del Mundo Moderno. No había leído nada. Me estaba muriendo de sueño. Llegué a la universidad por la puerta de Riva Agüero. Había quedado con dos amigas para repasar antes del examen. Todavía no les había dicho que pensaba rezagar. Cuando llegué a las mesas de ajedrez donde habíamos quedado en encontrarnos, solo vi a Eli. Ella me vio e inmediatamente alistó sus cosas. Raúl, me dijo, me tengo que ir, tengo que hacer algo muy importante. Yo no le pregunté qué. Pero vuelvo en media hora, me dijo, vayan repasando, ni bien me desocupo yo los alcanzo, ¿ya? Esta bien, le dije, pero si ves que te vas a demorar me llamas, para no estar preocupándome. No, yo vuelvo al toque.

Me quedé leyendo en las mesas de ajedrez. Allí me encontré con la Danesa, una amiga de Alf. A ella no le dicen así, pero he pensado que no debo poner el nombre real de la gente que involucro en estas narraciones porque nunca falta alguien que sea susceptible a ser mencionado. El otro día vi en la televisión que un tipo se quejaba porque sus amigos habían subido fotos donde él aparecía a Facebook. A él le parecía lógico que si una persona no quiere que publiquen una foto suya, Facebook debería quitarla, pero ¿hasta que punto la fotografía que otro nos tomó es nuestra? Lo único que sé es que siempre te piden "certificar que tienes el derecho de distribuir esta fotografía y que ello no infringe las condiciones de uso". Me pregunto si la primera parte es solo un formalismo legal. Supongo que solo se aplica cuando alguien no quiere aparecer en una fotografía. ¿a qué venía todo esto? Ah, ya me acordé. Es que estaba explicando porqué no pongo el nombre verdadero de la amiga de Alf.

Aquella mañana la Danesa y yo teníamos algo en común: ninguno había dormido lo suficiente. Ella estaba estudiando Estadística. Le pregunté si después tenía examen y me dijo que no, que su examen era otro día, pero ella iba a reunirse con un grupo a estudiar en la tarde y quería repasar desde ahora para estar preparada para el repaso. Yo la oía asombrado. En los dos ciclos que llevo en la universidad, nunca había hecho un grupo de estudios con alguien que se preparara tan empeñosamente. No pues, nunca tuve tanta suerte. No le dije que pensaba rezagar el examen final de Historia porque a su lado hubiera parecido un cobarde. Envés de eso, saqué mis separatas y me puse a leer.

La Danesa y yo coincidíamos en otra cosa: a pesar de que en las mesas de ajedrez hiciera frío, era un mejor lugar para estudiar que la Sala de Lectura, un lugar recóndito donde los que pretenden leer en voz baja y sin música son una minoría. Le conté que una vez que había ido allá a estudiar, se sentaron a mi lado dos chicas que se pusieron a hablar de una amiga que había roto con su enamorado durante su cumpleaños. No niego que su historia era muy interesante, pero no creo que la Sala de Lectura sea el mejor lugar para hablar de eso. Se me ocurrió fingir que tenía una leve tos para que se percataran de lo que estaban haciendo, pero no me hicieron caso. Oí que una, la que más hablaba, empezaba a abrir su mochila. Cuando ella saque sus libros se pondrá a estudiar y dejará de hablar tanto, pensé. Pero no pude sentirme menos que ultrajado cuando envés de libros o separatas, la susodicha sacó un táper con una porción de torta de chocolate. La torta era de la cumpleañera que se había quedado sin enamorado, dijo la que había perdido toda vergüenza. Oye, le dijo la otra chica, ¿pero no te dicen nada por comer aquí? No, si yo siempre vengo a comer acá, dijo la que ahora ya no solo era habladora sino también descarada. Mientras estas señoritas hablaban y comían, a mí me dieron varios ataques de tos fingidos que quisieron llegar a ser una amonestación, pero que más parecían los síntomas de una enfermedad muy irrisoria. No se si la chica desvergonzada se haya alarmado de haberse sentado junto a un enfermo o es que la haya parado, como dicen popularmente, pero el hecho es que convenció a la chica sin personalidad para que se fueran.

A la Danesa esta historia le pareció muy graciosa. Conversábamos solo de rato en rato porque ambos estábamos estudiando. El chico que acompañaba a Eli había dejado sus cosas y entre ellas yo había visto un ejemplar del Efecto Rashomon, la revista del Centro Federado de Letras con la que yo colaboro como fotógrafo a pedido, pero no quería tomarla sin permiso, por lo que fui a Mesa de Partes a ver si todavía quedaba alguna. Pero ya no quedaban más, por lo que me pasé un buen rato decidiendo si era malo o no que tomara el ejemplar de alguien más. La Danesa era como el diablito de los dibujos animados que aparece sobre tu hombro y que me decía que la tomara nomas y que luego la pusiera en su sitio. El pudor pudo más. En ese momento dejé de pensar en tomar revistas ajenas y me empecé a preocupar por las chicas: había pasado media hora ... ¿donde estaban?

















(Al final conseguí un ejemplar y le tomé una foto ¿logran ver la ventana que escogieron para el suicidio de Óscar? En una entrada anterior hay un resumen de Pendientes de Óscar, es una narración bastante breve.)


Eli me dijo que se demoraría un poco más, que ya iba a salir. Cuando le colgué me di cuenta que ya voy a salir quiere decir que todavía no salgo siquiera. Rayos, pensé. Mientras llamaba a Maflo, la otra chica con la que íbamos a estudiar, la Danesa me encargó sus cosas porque quería ir al baño. Maflo se excusó y dijo que ya estaba saliendo. No le pregunté en cuánto tiempo saldría, pues me di cuenta que definitivamente estudiaría Historia solo por lo menos hasta la hora de almuerzo. Rayos, pensé. Qué pena que la Danesa estuviera estudiando Estadística.

De repente un nutrido grupo de rubias asomó por el estacionamiento. No, yo no estaba alucinando, no se trataba del sueño ni del calor. Las chicas cargaban unos bolsos con la forma de una enorme botella de Red Bull. Se acercaron a las mesas de ajedrez y empezaron a repartir latas de Red Bull. Como no veía muy bien lo que sucedía en al otro lado, no pude ver si eran gratuitas o si teníamos que pagar o hacer una encuesta o algo por el estilo. Una de ellas se acercó a mí, que me había quedado solo en una esquina porque la Danesa seguía en el baño. ¿Quieres un Red Bull?, me preguntó. Antes de que yo pudiera ponerme en modo automático para decir no, gracias, y sonreír, ella sacó una lata. ¿Son muestras?, le pregunté. Esperaba que me diera los detalles de esta transacción. No, son gratis, me dijo, lo que pasa es que en finales uno necesita estar más despierto, necesita más concentración. Pruébalo, me dijo y lo abrió para dármelo, te va a dar alas. Ambos nos reímos. Gracias, le dije. Y se fue. Mientras yo tomaba mi Red Bull y alababa este tipo de campaña publicitaria, recordé que a pesar de que la cerveza no me hacía ningún efecto, habían otras bebidas, como por ejemplo el champán, que me provocaban una crisis de risas. Sobre eso, un amigo me había dicho una vez que yo era lechero: cuando él tomaba lloraba hasta por su tatarabuelo que nunca conoció. Es solo una bebida energizante, pensé, ¿qué de malo puede pasarme por tomar solo una?
















(Este es el folleto que me dieron junto con la Red Bull)


Cuando la Danesa regresó y me odio profundamente por no haberle pedido un Red Bull ,recordé que ella tampoco había dormido bien, así que le invité un poco, pero bien poquito. la Danesa me preguntó si las chicas volverían a pasar por ahí. No tengo idea, le dije. No sé por qué, pero se me ocurrió que ella hubiera sido una buena representante de una campaña publicitaria. Pero no para Red Bull, la Danesa no estaba para esas cosas. Fue así como se me ocurrió que ella podía ser imagen de la campaña publicitaria de la Danesa, la margarina. La margarina, a la que en mi familia toda la vida le hemos dicho mantequilla, es un elemento indispensable de la alimentación de todo peruano: está presente en el desayuno, con el panetón, con los queques, en los lonchecitos, etc, etc. La Danesa es la que más me gusta debido a su empaque tan sencillo. Me imaginé el rostro de la amiga de Alf dibujado en el empaque, sonriendo y guiñando un ojo, con el mismo gorro que usan la Danesa y la Bella Holandesa y con esas infaltables trenzas del estereotipo de una campesina nórdica. Por un momento me imaginé que era el director de una compañía de publicidad. Probablemente esta extraña alucinación era el primer efecto de la bebida.

















(No conseguí una mejor imagen de la Danesa, pero por lo menos se puede observar el típico gorrito del que les hablaba xD)


En ese momento dos tipos y una chica aparecieron corriendo desde el estacionamiento: la calle que va desde el estacionamiento de Letras hasta Psicología y que pasa cerca a las mesas de ajedrez de Letras pareció por un instante el escenario de una corrida de toros. En realidad, esos chicos buscaban los toros azules, los Red Bull que habían estado repartiendo hace un momento. Al ver las inconfundibles latas azules y plomas por todos lados dijeron Ya han pasado por aquí, sigamos. La Danesa quería decirles yo también necesito uno, los acompaño, pero la posible modelo de las campañas publicitarias de la Danesa no podía correr desesperadamente tras una Red Bull como hacían esos chicos, por lo menos no tan escandalosamente. Creo que ellos podrían trabajar para Sprite. Mientras los veía correr me parecía escuchar el comercial que dice Sprite, Obedece a tu sed y claro, también escuché al infaltable lalalá... Además, si la Danesa participara en los comerciales de Sprite estaría infringiendo los términos de exclusividad de mi imaginaia compañía, porque tanto las compañías publicitarias reales como las imaginarias saben que la exclusividad de sus mejores modelos lo es todo.

Lo preocupante es que durante el resto de la jornada mi aparente estado de hiperactividad no cesó, envés de eso, la atención que le prestaba a las separatas de Historia se multiplicó y me ayudó a concluir ciertas cosas sobre la función de la Historia en nuestra sociedad que no puedo incluir en esta entrada debido a su extensión, pero que articularan la segunda parte de esta crónica, les explicaré por fin cómo es que me he topado con una historia que tiene muchos puntos de partida, pero que aparentemente no sabe a dónde va.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Lo que no se puede incluir en la versión final de un Trabajo de Investigación

Tercera y última parte

Al salir de Enlace, Alf vio un carro que lo dejó con la boca abierta. Aparentemente no solo era alguien que venía a ver la exposición, sino que también podría haberse tratado de un posible comprador.

- Seguro la recepcionista había pensado que ustedes también iban a comprar- me dijo la profesora.
-No, no creo... no teníamos cara de compradores y aún así nos atendió muy bien- le dije. Hasta ese momento no se me había ocurrido que las obras de arte de las galerías se vendían. Qué ingenuo había sido, ¿acaso pensaba que los artistas guardaban sus cuadros en algún baúl?
-Por cierto, la exposición en la galería Enlace no era la que usted nos indicó en el correo que nos mandó. Ahora hay una que se llama Life Style. Aquí tengo el folleto que nos dieron: véalo.

El carro entró hasta el aparcamiento de la galería, lo cual justificaba las considerables dimensiones de este estacionamiento. Probablemente mucha gente venía a ver las exposiciones en su propio vehículo. Alf me dijo Espera, hay que ver un ratito más a ese carro. Me pareció muy gracioso que dijera algo así. Ya vámonos, le dije, algún tendrás un carro. Sí, me contestó, pero yo no quiero cualquier carro, quiero ese. Me dijo el nombre del carro, pero nunca les he prestado mucha atención a esas máquinas, por lo que solo logro distinguir entre un wolkswagen y una 4x4, todos lo demás me parecen igualitos. El administrador de la tienda de ADIDAS había dicho que la otra galería estaba en la esquina, doblando a la mano derecha, casi al frente del Centro Cultural. Aparentemente, llegar no era tan difícil.


(hay que darle click a la imagen para que se vea mejor)

Nosotros estábamos en Camino Real. Al llegar a la esquina vimos los típicos letreros de la municipalidad con el nombre de las calles. Este letrero decía que la calle perpendicular a Camino Real se llamaba Rouad o algo así. El hecho es que en la esquina doblamos y llegamos hasta una galería que estaba cerrada. En el vidrio transparente de la entrada habían pegado una hoja A4 donde decía "Entrada por Paz Soldán". Como Alf y yo habíamos visto que en el letrero de la esquina no decía Paz Soldán, supusimos que esa no era Paz Soldán y que se refería a la calle paralela a Camino Real. Y si la entrada es por Camino Real, me preguntó Alf. Entonces habrían puesto "Entrada por Camino Real", le respondí. Pero la calle paralela a Camino Real era Los Libertadores. Como la manzana era chiquita, yo imaginé que la galería probablemente llegaba hasta la calle que debía ser paralela a Rouad. Alf, que probablement seguía pensando en el carro que habíamos visto, no reparó en la inútil vulta que le estábamos dando a la manzana, ya que además había visto una casa rosada que era preciosa. Tómale una foto, me dijo. Sin embargo, nunca me ha parecido correcto tomarle fotos a la casa de unos desconocidos. Supongo que he visto muchas películas donde los que hacen eso son secuestradores o miembros encubiertos del FBI. Es que si le tomo fotos se va a bajar la batería de la cámara, me disculpe. Olvidalo, me dijo Alf. La calle a la que llegamos se llamaba Pardo y Aliaga, según Google Earth. Y ahora que reviso este mapa, al parecer nos habíamos pasado una cuadra. Bueno eso ya no importa. Al terminar de rodear la manzana, llegamos de nuevo al muro transparente de la galería. El letrero en papel bond seguí allí. Mientras Alf, ya totalmente restablecido de sus impresiones, se preparaba para comenzar con su sermón de Ya ves, yo te lo dije, yo siempre tengo la razón, inspeccioné la cuadra. Una camioneta había estado tapando una entrada desde la primera vez que vinimos. Me acercé a la camioneta y desde allí pude ver un letrero arriba de esa entratda que decía Roaud y Paz Soldán Nº 325. ¿cómo se supone que debíamos sentirnos por eso?

-Ah, yo también fui a esa galería- dijo una de mis encantadoras compañeras del taller de artes plásticas, cuyo nombre, al igual que el del resto, nunca logré memorizar bien.
Y eso que solo éramos 20.
-Yo todavía no he ido a ver esa exposición- nos dijo la profesora- pero me han hablado muy bien de ella.
-Es de Toto Fernández- dijo la encantadora compañera.
-Si, claro que lo conozco, es egresado de acá pues, de la Facultad de Arte. El es muy linda persona- dijo la profesora, a quien nunca la he escuchado hablar mal de nadie, ni de nuestros trabajos siquiera. Siempre les encontraba algo que valiera la pena, siempre.
-¿Están hablando de Ego Trip, la muestra que estaba en la Galería Artco? Va a estar hasta el 12 de Diciembre- les dije yo, uniéndome a la conversación de la que me había auto excluido para terminar un trabajo del taller- incluso tengo aquí en mi mochila el folleto, se lo voy a dar para que se anime a ver la exposición. Y le di el folleto.
Ella lo vio y se quedó muy impresionada.
-Qué lindo está- dijo.
-La exposición es hasta el 12 de diciembre, debería ir a verla...- le dije fijándome en que la chica encantadora sonreía, al parecer la exposición también le había gustado- pero...- no sabía si debía añadir lo siguiente, pero de todos modos se los dije- La exposición me encantó, pero creo que la atención que recibimos en la galería Enlace fue mejor: en Artco a las justas nos abrieron la puerta.
-¿de verdad?- se sorprendió la profesora.
-Sí, tuvimos que tocar el timbre un buen rato hasta que nos abrieron. Pero la exposición valió la pena. Me encantó este cuadro, es el autorretrato del pintor. Lo usé para mi investigación.



Exposición Nº2: Ego Trip


Una camioneta había estado tapando la entrada de la galería. Tocamos tres veces el timbre hasta que nos abrieron. En realidad, solo había que presionar un interruptor, no entiendo porqué tuvimos que esperar tanto. Nadie nos recibió. Una mujer vestida de negro salió desde el interior y subió por unas escaleras. Mientras la seguía con la mirada, vi unos folletos y un libro de firmas. No teníamos nada que poner porque todavía no habíamos visto la exposición. Me acerqué y tomé un folleto. Estuve tentado a escribir algo en el libro, pero vi un comentario muy bueno sobre la exposición y decidí que no tenía sentido que me quejara de la atención allí. Eso no siquiera es relevante, pensé. Alf ni siquiera quiso un folleto. La galería no era muy grande, pero estaba muy bien iluminada. Desde el momento en que vi el primer cuadro, quedé simplemente maravillado. Me resisto a poner acá una foto del cuadro que más me gustó, porque me parece que tiene que verlo personalmente. Se llama La Pose y era un autorretrato del artista, del buen Toto.

De todos modos voy a poner el análisis que hice del cuadro, con ciertas modificaciones y actualizaciones:
"Este cuadro me pareció el más interesante de toda la exposición por la cantidad sorprendente de metáforas que se puede construir a partir de la contemplación de esta persona que está posando como un artista. Se ve todo el cuerpo, parado de perfil pero viendo hacia donde deben estar los espectadores, aunque podría estar mirando a un espejo invisible en el cual solo se ve a sí mismo. En primer lugar, se puede reconocer el tema de la serie, reflexiones ante el reflejo, porque el hombre del cuadro es el mismo artista, que al inspeccionar su propio reflejo probablemente comprendió que, a pesar de lo difícil que es auto examinarnos, existe la posibilidad de que nos alejemos momentáneamente de la realidad para reflexionar sobre lo que somos y sobre el modo como actuamos.

Esta primera metáfora me pareció increíble porque es comparable con la descripción que realiza un filósofo sobre la particularidad de su profesión. Por eso, cuando me di cuenta que esas reflexiones ante el reflejo eran al mismo tiempo arte y filosofía, comprendí que este trabajo no podía ser conclusivo, es decir, que no buscaba arrojar una serie de conclusiones sobre la naturaleza de las personas, sino que literalmente desnudaba al ser humano para poder conocerlo a fondo.

Para poder acercarse a lo que existe en lo profundo de nuestra naturaleza, primero el artista debe conocerse a sí mismo. En su reflejo, observamos a un hombre como cualquier otro. En un principio su pose me pareció un poco soberbia, pero luego de lo que me dijo la profesora pensé que pude haber estado malinterpretándola. Puede ser soberbia, pero también puede ser una firme convicción en lo que hace. Lo que no se puede dejar de lado en ninguna explicación es que este retrato es ideal, no es una copia fiel de la realidad, por lo menos no trata de serlo.

Entre los elementos que me llevan a pensar que la pose es una idealización del artista, con lo cual el podría o no estar de acuerdo, se pueden incluir los siguientes: (1) No hay un suelo sobre el cual se apoye el retrato a cuerpo completo. Lo único que hay es una ligera sombra bajo sus pies que crea la sensación de que el cuerpo no está flotando y de que tiene cierta estabilidad. (2) El fondo blanco que absorbe incluso al suelo, resalta la figura del artista; (3) del mismo modo, el color negro de su ropa le da seriedad y profundidad al tema del cuadro, creando el mismo efecto de estabilidad, solo que esta vez desde el color negro. De tal manera que aunque estos colores se contraponen , también se complementan. (4) Otra cosa que sobresalen son sus implementos blancos, los cuales nos hablan de pulcritud, que crean un efecto fantástico al alternarse con un trapo machado de colores y a un grupo de pinceles que sostiene en su mano derecha. Es la advertencia de que la labor de un artista también se alterna entre la pulcritud y el desorden, tras los cuales tal vez explora un orden que esté más allá del caos aparente de la realidad. (5) Es curioso que ciertos detalles como lo son un trapo manchado y un puñado de pequeños pinceles basten para saber que este sujeto es un pintor.

De cualquier manera, esta parece ser la forma en la que el pintor quiere que lo veamos y así es como lo vemos. El cuidado que transmite en sus trazos casi fotográficos está presente de muchas maneras en el resto de su obra, lo cual es muy significativo porque hacer las cosas bien también es una forma de tributarnos, de querernos más.

Yo creo que cuando el artista hizo esta muestra para abordar temas tan complicados como el amor, la belleza y la superficialidad, tuvo que comenzar precisamente aquí, en él mismo, de modo que sus reflexiones ante el reflejo nos hicieran preguntarnos primero por nosotros mismos, para que antes de etiquetar o definir apresuradamente a los demás, nos detengamos un momento a disfrutar del placer y el deber que tenemos de conocernos."

***

Alf me dijo que al otro lado había vista más cuadros, pero el folleto solo incluía a los de esta sala, por lo que le dije que seguramente eran parte de otra muestra. Cuando salimos los pude ver porque eran los que estaban detrás del muro transparente donde habían pegado el letrero malvado. No creo que simplemente los estuvieran guardando. Tal vez los iba a vender o eran propiedad de la galería. Cuando salimos ya era tarde. Alf me dijo que quería ver si en el Wong del óvalo Gutiérrez habían panetones de naranja, por lo que fuimos para allá antes de regresar a su casa.

-Ya acabé, profesora- le dije.
Para ese entonces, solo quedábamos nosotros y un par de mis encantadoras compañeras en el taller. Todos los demás ya se habían ido. Una de estas chicas cuyo nombre nunca aprendí expuso su trabajo. Todos lo habíamos hecho, bueno, en realidad todavía faltaba yo. Lo que teníamos que hacer era un cuaderno artístico, el tema era libre pero teníamos que fundamentar nuestra exposición frente a los demás. Como siempre, cuando yo iba a fundamentar ya casi todos se habían retirado porque podían hacerlo cuando acababan, además la clase había acabado oficialmente hacía un par de minutos. Mi cuaderno era una recopliación de manchas que había hecho pidiéndole a unos amigos que me dejaran ponerles témperas en las manos para grabarlas sobre cartulina. No fue tan bueno como yo hubiera querido, ya que perdí mucho tiempo por culpa del tonto ensayo de Narrativa. Me dio pena haberlo hecho solo para tener una nota.
-Es bastante lúdico- me dijo la profesora- ahí se ven algunos conceptos que hemos hecho en la parte de Grabado.
Una de mis compañeras estaba hablando y diciendo probablemente algo muy lindo sobre mi exposición, pero no la escuchaba, aunque fingía que sí. En ese momento solo tenía ojos para mi trabajo. Al parecer, no era tan malo como yo creía. Me animé y empecé a exponer el tema que había querido reflejar con más entusiasmo.
Era la última clase del taller de artes plásticas. Le entregué a la profesora mi trabajo de investigación y ella nos contó que se sentía alarmada porque habíamos escrito bastante e iba a tener que leer un montón. Nos habló de la Facultad de Arte, de la especialidad de Grabado, de los retos de los grabadores en el siglo XXI y del grupo que estaban formando que se llamaba Rinoceronte, como el grabado que había hecho Durero de uno de estos animales a pesar de que nunca había visto uno y guiándose solamente de lo que leyó.
-A veces me dan ganas de pasarme a la Facultad de Arte- le dije. Yo no tenía mi típica expresión de desaliento, sino que estaba extrañamente contento de poderle decirle a esas tres personas, la profesora y dos compañeras, algo que sinceramente no es nada fácil de sobrellevar.
-¿Saben lo que le digo yo a los chicos que me preguntan eso?- nos dijo con la solemnidad de un Jedi- Siempre les recomiendo que primero acaben una carrera.
Sí, eso es lo que yo había pensado- le contesté.

FIN

Actualización del domingo 7 de Diciembre del 2008:
Me saqué 20 en el trabajo de investigación xD

martes, 2 de diciembre de 2008

Lo que no se puede incluir en la versión final de un Trabajo de Investigación

Segunda parte

Cuando la señorita que atiende en la entrada del CCPUCP me preguntó ¿de qué exposición me está hablando, joven?, me di cuenta de que los imprevistos pero previsibles problemas de los que yo hablaba hace un rato ya estaban aquí. Así que reformule mi pregunta y esta vez fui más específico. Vine a ver la exposición de Pasaporte para un Artista. La señorita me miró desconcertada y me dijo que la muestra estuvo hasta el siete nomás. Tan pronto como escuché eso, le di las gracias y salí lo más rápido posible, no quería darle tiempo para que su cabeza mutara y se volviera otro alf inquisitivo que, con el mismo tono con el que me preguntó de qué exposición me está usted hablando, me iba a decir Ya ve, alf siempre tiene la razón.

Afuera estaba Alf. Lo vi e incliné la cabeza, como queriendo darle a entender que algo había salido mal, con el gesto que hacen los actores de las películas dramáticas cuando parecía que las cosas no podían empeorar más pero empeoraban. ¿Qué fué?, me preguntó. La muestra ya no está, le dije. No preví su reacción: aparentemente a Alf tampoco le gustaba tener la razón cuando había pronosticado algo malo, por lo que no reparo en reproches y me preguntó ¿y qué vamos a hacer ahora? No te preocupes, le respondí, la profesora dijo que por aquí cerca habían otras galerías. ¿Pero dónde es cerca? No sé, voy a preguntar. Dentro del CCPUCP, me recibió la misma señorita de hace un rato. Disculpe, le dije. Sí, dígame, me respondió. Le pregunté donde había otr galería cerca como quien pregunta por un locutorio. Ay, no sé, joven, me dijo, pero adentro tal vez alguien le de razón. Mientras me dirigía a la librería del Centro Cultural a preguntar por las galerías, voltee un segundo nomás para volver a ver a la señorita: su cabeza seguía igual y tenía una bonita gorra en la que no me había fijado. Sonreí. Pero en la librería nadie sabía donde había otra galería, es posible que hasta no supieran que Pasaporte para un Artista ya había pasado. De modo que salí del Centro Cultural bastante reconfortado de saber que las personas no somos perfectas y atisbando en sueños incluso algo así como un mundo sin competencia,un ideal primitivista que como sueño siempre es aconsejable para combatir el estrés.

Afuera encontré otra vez a Alf. Le dije que nadie sabía donde había otra galería, pero le propuse que camináramos hacia el Óvalo Gutiérrez y que en el camino preguntáramos. Es curioso que tan solo media cuadra más allá, en una tienda de ropa deportiva de Adidas, el administrador si supiera que entre esa tienda y el Centro Cultural habían dos galerías. Una de ellas era Enlace. No parecía una galería porque tenía un aparcamiento bastante espacioso y además había un hombre de negro haciendo guardia. Ese nombre parece un cliché pero es que de verdad estaba vestido de negro y no creo que portara un arma, por lo que no podía decir que fuera un policía, o un agente secreto o algo así. El hombre de negro fue muy educado cuando se apresuró a abrirle la puerta a dos simples estudiantes como nosotros. En la recepción una señorita muy amable nos preguntó si éramos estudiantes de arte. No, le respondimos con pena. Ella era una de esas personas a las que te da ganas de decirles algo que las haga felices. Antes de que pasáramos a ver la exposición, nos dio un folleto. Le pregunté si podíamos tomar fotos y dijo que sí. La atención me llamó más la tención que la exposición, pero supongo que ese tipo de atención es fundamental para que te conectes más rápido con lo que vas a ver. En pocas palabras, un ambiente con buena vibra lo es todo.

Exposición nº1: "Mamá, no me des de Comer" o tal vez "Mi niña no Come", whatever xD

En efecto, la lista que nos dio la profesora no solo estaba desactualizada con respecto a la muestra en el Centro Cultural, sino que además en la Galería Enlace ya habían cambiado de exposición. Yo no recordaba si la anterior se llamaba "Mamá, no me des de comer" o "Mi niña no come", pero el hecho es que lo que encontramos no tenía nada que ver con lo que yo me había imaginado.
Esta muestra de cuadros hechos con técnicas mixtas se llamaba Life Style. Los primeros cuadros no me llamaron la atención. Solo veía publicidad en blanco y negro de entre los sesentas u ochentas, en la cual los modelos paradójicamente eran más acusadamente rubios y de ojos azules que ahora. A esta publicidad reproducida en cuadros de 100 x 100 cm en promedio, el artista le lanzó artísticamente pintura. Claro, en el trabajo de investigación yo no podía poner simplemente eso, por lo que pasé muchos problemas tratando de darle aunque sea un sentido artístico a lo que había visto allí.

El cuadro que me gustó más fue uno donde una señora miraba amorosamente a un chiquillo con cabeza de cocodrilo. Se llamaba es duro vivir sin esperanzas y fue el primero que decidí usar para redactar mi trabajo de investigación. Al igual que los demás, también estaba bañado de pintura pero curiosamente la publicidad era a colores. El cuadro se llamaba Es duro vivir sin esperanzas. Le tomé un par de fotos y espero que a su creador no le moleste que suba una a este blog.
















No me gustaría que todo el esfuerzo que me tomó hacer un comentario sobre este cuatro fuera para que solamente la profesora lo lea, tal vez por eso es que he hecho este par de entradas, para que no solo se trate de reproducir el trabajo de investigación que presente, sino también para que se vea todo lo que significó hacer este trabajo, todo lo que estuvo detrás. A continuación el comentario, con unas convenientes modificicaciones:
"La escena de este cuadro me pareció muy conmovedora. La mujer que sonríe es encantadora y parece ser una madre ejemplar, por lo que resulta irónico que el pequeño que la observa tenga la cara de un ¿cocodrilo de peluche?.Podríamos alegar que el su diablillo y que por eso tiene un rosotro caricaturesco, pero eso no explica porqué el cuadro se llama Es tan duro vivir sin esperanzas. Luego de revisar varias veces las fotografías que tomé, me di cuenta de que tal vez esta escena era desalentadora precisamente porque era añorable. Una madre es esencial para el desarrollo emocional de un niño porque ella es la persona que se encarga de enseñarle ciertas cosas que le van a servir para que más adelante pueda valerse por sí mismo, como dicen los manuales de auto ayuda. Una madre debe estar junto a sus hijos en los momentos en los que ellos son seres curiosos que quieren saber y experimentarlo todo. Cuando Claudio Roncoli incluyó este cuadro en Life Style probablemente lo motivó la idea de que nuestras madres también son responsables de la estilización de nuestras vidas. Nos quisieron, nos cuidaron y nos acostumbraron a vivir protegidos, iniciándonos en estilos de vida específicos. Tal vez esta metáfora no sea solo sobre las madres, sino sobre el hogar en general, pero eso no cambia mucho las cosas.
En este trabajo, la pintura superpuesta al cuadro juega un papel importante: el de la memoria. Cuando uno evoca un recuerdo de la niñez o de una época memorable, nuestra mente la llena de color, lo que distingue los recuerdos más agradables de los que no tienen mayor relevancia. Como los recuerdos antiguos son borrosos, la pintura también está distribuida incongruentemente con las formas que busca resaltar. La cabeza de lagarto, luego de esta reflexión, deja de ser un detalle caricaturesco y se convierte ante nuestros ojos en una prueba contundente de que esta inocente criatura, que también sonríe conmovedoramente, desde pequeña era un ser condenado a vivir sin esperanzas porque el refugio que le daba su hogar lo atormentaría cuando tuviera que abandonarlo y enfrentarse con la realidad. En esta realidad actual, él se vislumbra como un ser anacrónico, donde la única protección que tiene son esos recuerdos coloridos que no nadie puede arrebatárselos ,pero que tampoco son suficientes como para que espere una vida mejor. Tal vez lo único que le quede sea vivir con estilo, como hace todo el mundo.